Nuestra llegada a Egipto, el continente Africano fue de noche.
Para sorpresa nuestra fue saber que la ciudad del Cairo tiene una población de 20 millones de habitantes. Quedamos impactados al ver y sentir que estabamos sumergidos en otra
cultura totalmente distinta, lo que siempre se vé por la tele. La ciudad tiene un trafico im-pre-sio-nan-te!!! No existen los semaforos y el guía llegó a decirnos esa noche que no hay forma de controlar el tránsito.
Ya el 5 de julio fuimos a las famosas Pirámides de Giza, el templo del Valle y la Esfinge. Fue algo maravilloso verlas, sacarnos fotos y escuchar por sobre todas las cosas del guía que era un Egiptólogo que nos iba guiando en la historia, la mitología y el hoy de aquel pais donde estuvo prisionero elpueblo de Israel.
Fuimos al museo nacional del Papíro que está cerca de las pirámides. Y de ahí a La Mezquita de alabastro que nos sorprendió por estar hecha de alabastro. El calor, no debemos olvidarnos que era bien fuerte.
Algo para destacar con nuestros amigos fue conocer el Rio Nilo y comer ese dia en un restaurante que está dentro del río. Por la tarde nos llevaron al muséo Egipcio donde está la tumba de Tutancamón, toda bañada en oro y todo la fortuna con un precio incalculable!!! Y lo que cerró nuestra estadía en El Cairo fue ir a un espectáculo de luces y sonido en las pirámides de noche.
Es cierto que ahí se puede ver toda esa maravilla, pero la experiencia de sentir que ahí se fueron dando los momentos que tantas veces leemos en la biblia es mucho mayor.
Una de las pregustas que nos hacía Oscar Henao, era cuales son nuestros Egiptos internos que nos hacen presos y esclavos del farahon? No predicó en eso smomentos acerca de la necesidad de pedirle a Dios un cambio de vida. Pedirle nuestra libertad interior en el lugar donde El Señor vió la esclavitud de los Israelitas. Que gran regalo nos hizo el Señor! 
Al día siguiente fuimos para Santa Catalina donde se encuentra el Monte Sinaí. Pero el impacto al corazon fue cuando en un momento nos detuvimos en la ruta para acercarnos al Mar Rojo al lugar donde cruzaron el pueblo guiado por Moises, enun momento oramos, cantamos y escuchamos la predicación, en un momento Oscar Henao leyendo la palabra en el Exodo 15 y al llegar al verso 27 donde cita el lugar y habla de las 70 palmeras y las 12 fuentes. Seguiamos viviendo la palabra!!!
Esa noche dormimos unas 4 horas ya que a las 2 de la madrugada comenzamos la subida al Monte Sinaí. Realmente fue una experiencia única la vivida en esos
momento en los que todo el grupo, unos caminando y otros en camellos subiamos al lugar donde Moises selló el Pacto de la Alianza con Dios y recibió las tablas de la Ley. Saber que la palaba dice que el pueblo esperó en las faldas de la montaña y desde abajo veía que los truenos, relampagos y toda la gloria de Dios se posó allí y que Moises subió a esperar el Señor se le rebelase, nos llebaba a vivir la palabra en el mismo lugar que se dió.
Realmente somos bien concientes que ni este escrito y menos las fotos (que las pueden ver en la link fotos), muetran lo vivido como experiencia del corazón.
Y ya al descender de la montaña emprendimos nuestro viaje siguiendo la ruta del pueblo de Israel por el desierto. Yendo por la ruta, bordeando el mar rojo vimos al frente Arabia Saudíta y Jordania.